Rica en historia y en monumentos civiles, religiosos, medievales y barrocos, la ciudad de Naro representa un centro de arte de primera importancia. Su posición elevada y la abundancia de recursos naturales desde tiempos remotos, han hecho de Naro un lugar de varias colonias prominentes. Sobre una colina, en un valle rico en agua e intensamente cultivado, Naro se dessarrolló durante el Medievo, hasta llegar a ser una de las mayores fortificaciones de la Familia Chiaramonte en los siglos XIII y XIV. En los altos de la ciudad, el soberbio Castillo y la Catedral, de líneas suaves, enfatizan el significado de Naro en el Medievo, preservando esta grandeza que conservó como centro administrativo (comarca) hasta fines del siglo XIX. El centro histórico está adornado por numerosos edificios religiosos e iglesias, muchos de los cuales custodian objetos valiosos y piezas de arte.